PRÁCTICA 21 - ECHANDO LA VISTA ATRÁS DESDE EL 2030
ECHANDO LA VISTA ATRÁS DESDE EL 2030
Nunca he tenido una perspectiva muy positiva sober el futuro. Sí analizamos la historia de la humanidad a nivel global vamos avanzando, no solo tecnológicamente, sino como sociedad.
Pero si ponemos zoom en una etapa en concreto, pongamos unos veinticinco años, esa evolución líneal no es tal, al menos como sociedad y por lo tanto en la educación pues la sociedad determina la educación, no así en cuanto a tecnología, que siempre existe avance.
Escojo esos veinticinco años, porque a mis 28, es el tiempo que ha pasado desde que entré a formar parte del sistema educativo de este país. ¿Es mejor la educación de ahora que la de antes? Pues no lo sé. Hay que tener en cuenta que no hablamos ya, de un educación postfranquista en que la disciplina y el respeto a la autoridad del profesor eran los valores más importantes y caulquier desvío de ellos suponía un castigo físico.
Era una educación casi de siglo XXI y que, teoricamente, buscaba los mismos valores que la de ahora en 2019. Y los defectos son los mismos también, no ha cambiado nada, desde mi punto de vista.
Quizás haya la posibilidad de atraer más a los alumnos con estímulos visuales provenientes de las nuevas tecnologías, pero también esas mismas tecnologías tienen una capacidad de distracción de los estudios mucho mayor. Quizás que los profesores no peguen a sus alumnos hagan que no vayan a clase con miedo, pero también es verdad que esa relación alumno-profesor no ha conseguido desarrollarse plenamente. Quizás existe una mayor valoración de la educación dentro de la sociedad, pero muchas veces, da la impresión que el propio sistema educativo no se valora a si mismo. Quizás se ha reconocido la validez de nuevas metodologías más abiertas y que inspiren más la creatividad y el valerse por uno mismo, pero sigue habiendo los mismos métodos de evaluación, consistentes en escribir en una hoja todo los que has memorizado sin necesidad de entenderlo, que hace 25 años.
En el año 2030 espero formar parte del sistema educativo, esta vez como profesor. Sincermente, no creo que haya cambiado mucho, no lo ha hecho en 25, es probable que en 36 tampoco. Lo único que deseo es que, para entonces, no haya sucumbido al sistema, y sea capaz de enseñar como yo creo que debe hacerse. Que no es de una manera que se me haya ocurrido a mí, son valores universalmente aceptados a nivel pedagógico, pero que parecen olvidados a la hora de ponerlos en práctica pues al sistema no le interesa una verdadera educación sino, una educación para que éste siga siendo viable con el paso del tiempo.
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